https://drive.google.com/file/d/1NkEkNC_sif4GgntLMm8mce34Or70sM0H/view?usp=sharing
Os esperamos.
¡FELIZ FIN DE CURSO!
Blog de la Directora
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Os esperamos.
¡FELIZ FIN DE CURSO!
Estamos llegando a final del curso 2021/22. UN año que, de nuevo, ha estado marcado por la pandemia de covid.
Sin embargo, ya estamos pudiendo realizar actividades con la comunidad educativa, por ello queremos que este fin de curso sea el REECUENTRO.
El próximo lunes, será el día de las Graduaciones de Infantil 5 años, en la Sala de Teatro de nuestro centro, a las 12:30.
La Graduación de 6º de Primaria, será el mismo día, pero por la tarde, a las
19:00 h.
El 21 de junio será el día de nuestra Fiesta FIn de Curso, a partir de las 21:00h, con actuaciones musicales de todos los cursos.
El 22 de junio, tendremos el horario de 10:00 h a 13:00 h , estaremos realizando actividades recreativas, dentro del programa PROA+Transfórmate.
El 23 de junio, es el último día de clase con actividades deportivas y recogida de boletines de final de curso.
Esperamos vuestra asistencia.
Desde el claustro de maestros/as y personal no docente, os deseamos
¡FELIZ VERANO!
Nuestro centro viene participando en el programa Pacto Contra la Violencia de Género en los últimos cursos, realizando diversas actividades para tratar este tema con el alumnado y sus familias.
Este curso hemos querido dejar plasmado en frases sencillas, pero contundentes, este tema tan importante, por ello hemos llenado de color las escaleras y pasillos con mensajes muy claros.
Esperamos que os guste.
https://drive.google.com/file/d/1hWc_SOBodibZMuJbV2v7khSIjYeKK7OZ/view?usp=sharing
El viernes 20 de mayo, tuvimos una convivencia todos los equipos directivos de Valverde del Camino, junto a sus parejas e hijos/as.
El momento vivido fue muy emocionante, porque, una vez más, pusimos en valor la EDUCACIÓN en nuestra localidad, como muestra de convivencia y buena armonía entre los centros que componemos la Comunidad Educativa de nuestra localidad.
Todo un placer haberlos recibido, junto a la directora de CEPER El Pilar, en nuestra casa.
Ahora es importante seguir trabajando por una Educación que sea reflejo del buen hacer de todos los colegios e IES de Valverde del Camino.
LA EDUCACIÓN ES EL CAMINO PARA CONSEGUIR EL FUTURO, A TRAVÉS DEL PRESENTE, SIN OLVIDAR EL PASADO.
https://drive.google.com/file/d/1eCgfqFRC86BUeFGEB35e-SDGpJP89rnK/view?usp=sharing
Dentro de nuestras actividades previstas para tratar las emociones en nuestro centro, el 19 de mayo tuvimos la presentación del libro "El garbancito lechoso", por su autora Libertad.
A través de un sencillo cuento, hemos tratado el posible rechazo que pueden sentir algunos niños/as, sencillamente por ser diferentes o porque no los quieren en el grupo. Ha sido un momento importante de ahondar en los sentimientos y emociones que puede sentir una persona cuando se siente rechazado, sin saber el porqué.
Esta actividad está englobada dentro de nuestros programas y proyectos,, todos globalizados en el deseo de una convivencia en paz y buena armonía.
¡Enhorabuena a Libertad!
https://drive.google.com/file/d/1eAdXPnpMLtN28fVF6PaacB8s3ZCK1tAL/view?usp=sharing
Os pasamos un vídeo de información de nuestro centro, CEIP José Nogales, y nuestra localidad, Valverde del Camino, que puede servir para los nuevos auxiliares bilingües que vayan a estar en nuestro centro.
Agradecemos a nuestra auxiliar, Aaki, que ha confeccionado el vídeo y le deseamos mucha suerte para el próximo curso.
https://drive.google.com/file/d/1amkyc6w6kYg1ytsuggmvaDWqKep92Fhy/view?usp=sharing
https://drive.google.com/file/d/1amkyc6w6kYg1ytsuggmvaDWqKep92Fhy/view?usp=sharing
Subimos al blog la 1º charla que se ha dado a las familias, dentro del programa de nuestro Centro.
Esperamos que sea beneficiaria para todos/as.
ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD Y ACOSO
ESCOLAR
ÍNDICE
1. Qué es la diversidad
2. Qué papel juegan las familias y el
sistema educativo en su atención
3. Acoso escolar y sus tipos
4. Sintomatología del acoso
5. Actuación familiar frente al acoso
6. Visión del agresor
7. Visión del agredido
8. Actuaciones familiares que pueden
propiciar el acoso
Qué es la diversidad
La diversidad responde a las
diferencias que pueden existir entre las personas respecto a cultura, grupo
social, género, religión, ideología o limitaciones físicas/psíquicas. Dentro
del mundo tan diverso que encontramos, se lucha por conseguir la unión entre lo
distinto, consiguiendo que lo diferente no suene a rechazo.
La atención a la diversidad busca
la mejora de la autoestima y del autoconcepto mediante adaptaciones específicas
que priman por el bienestar social y emocional de la persona. Ofrecer recursos
y herramientas para que el mundo sea igualitario, con independencia de cómo
seamos frente a los demás.
Dinámica grupal “No me definen
las etiquetas”. Coloco dos botes pequeños. En uno de ellos pondré sal y en
otro azúcar. Diferenciaré cada bote con su etiqueta respectiva para especificar
qué hay en el interior.
Si elimino las etiquetas del
bote, ¿quién sabe realmente lo que hay en el interior? Puedes pensar que en el
bote 1 está el azúcar, pero también puedes equivocarte y que lo que esté sea la
sal. Realmente nunca lo sabrás si no pruebas con el dedo un poco del contenido
en el bote.
Con las personas ocurre lo mismo,
sobre todo en el tema de atención a la diversidad. El tener una etiqueta
específica no define como persona. Tener una discapacidad física o mental no te
limita como persona. En muchas ocasiones hemos actuado como con la sal o con el
azúcar. De forma previa hemos colocado una etiqueta, y hemos creído saber
realmente lo que había dentro de esa persona. “Si va en silla de ruedas, ¿cómo
ha sido capaz de hacer tal cosa?” “Si tiene síndrome de Down, ¿cómo ha sido
capaz de estudiar?”.
Las etiquetas no definen a nadie.
Es verdaderamente importante intentar conocer el interior de las personas para
saber la valía.
Qué papel juegan las
familias y el sistema educativo en su atención
Para atender la diversidad es
importante el papel de la escuela y el de las familias. Aunque la escuela sea
una importantísima base socializadora y educativa, es la familia el principal
agente educativo y socializador. En la infancia es donde se producen los
primeros retos y desafíos y es la familia quien mejor puede promover el
desarrollo personal, social e intelectual. La familia es quien mejor, además,
puede proteger de situaciones de riesgo a los niños.
La familia es quien imparte las
primeras normas y valores. La escuela mantiene dicha continuación en el tiempo.
Si no hay un trabajo conjunto de ambos agentes es difícil conseguir objetivos
positivos.
En las escuelas, las pautas a
seguir para el buen funcionamiento de la educación en la diversidad se
encuentran:
-
Brindar atención personalizada al alumno.
Todo alumnado debe obtener un aprendizaje, con independencia de su rendimiento
cognitivo.
-
Diagnósticos de las dificultades del
desarrollo en los alumnos.
-
Implementación de refuerzos educativos
para llegar a los objetivos.
-
Medidas de intervención educativas y
curriculares que dependerán de las dificultades que sean detectadas. Ej. :
Apoyo en el aula, adaptaciones curriculares, agrupamientos flexibles.
Para el desarrollo personal del
niño, tiene igual importancia la escuela como la familia. Son ambientes que se
complementan y que afectan positiva o negativamente al niño. Las relaciones
entre ambos agentes son fundamentales.
La atención a la diversidad
adquiere mayor importancia en el caso de aquellos alumnos que acaben de
incorporarse al centro, alumnos procedentes de otros países que no conocen el
sistema educativo de nuestro país, alumnos con dificultad de aprendizaje o
necesidades educativas específicas, alumnos con problemas de conducta o alumnos
con problemas emocionales.
Por todo ello, es primordial que
Escuela y Familia caminen hacia el mismo objetivo: el desarrollo integral del
menor. Por lo que debe existir una comunicación fluida. A su vez, es necesario
comprender y actuar desde el respeto en cada situación familiar, las posibles
dificultades y tensiones existentes, animar a las familias a que refuercen sus
apoyos sociales, familiares, ocio…
Es frecuente observar en familias
donde hay niños con dificultades muy significativas, cómo reducen su círculo
social y familiar. Todo gira en torno al problema y a las dificultades del
niño, y se abandonan otras actividades que podrían mejorar la positividad
familiar. Uno de las mejores soluciones en estos casos es conocer a otras
familias que estén pasando por el mismo proceso, con quienes compartir miedos,
inseguridades, pero también alegrías y vivencias inolvidables que permitan
guardan en un cajón, al menos un tiempo corto, los pensamientos negativos.
Acoso escolar
Dinámica El billete:
Cogeré un billete de 20 euros. Delante de los padres, preguntaré ¿Cuánto vale?
A lo que todos contestarán 20 euros. Seguidamente, pondré el billete en la mesa
y lo golpearé, ¿Cuánto vale? Preguntaré. 20 euros me dirán. Volveré a repetir
el golpe del billete, lo arrugaré y volveré a preguntar: ¿Cuánto vale? 20
euros.
¿Por qué cuando nos insultan, nos agreden emocionalmente,
creemos que valemos menos? El billete se ha modificado, le he golpeado y lo he
estrujado con mis manos, pero no habéis dejado de creer que vale lo mismo por
ello. Las personas somos como el billete. Por mucho que te pisen, por mucho que
te golpeen, por mucho que te estrujen con palabras absurdas, tú no valdrás
menos. Valdrás igual y eso es algo que debes tener siempre claro. Nadie debe
decirte cuál es tu valor como persona.
Es en la adolescencia donde más
prevalecen los miedos y las inseguridades. Los adolescentes se mueven en un
contexto en el que los iguales adquieren un papel reconocido y donde la
opinión, entre otros factores, determina la validez propia de sí mismo. Por ello,
trabajar la diversidad y la empatía desde pequeños, reducirá estos sentimientos
en la adolescencia. Desarrollar un trabajo precoz donde el respeto sea el pilar
fundamental, mejorará la afectividad entre los iguales, la comprensión y el
apoyo mutuo.
No obstante, el acoso escolar
existe. Es una realidad que debe ser observada y analizada por el sistema
educativo y por las familias. El acto de acoso responde a un comportamiento de
agresividad, que se repite en el tiempo, que tiene una intención real y que se
produce durante un período de tiempo prolongado. En la mayoría de los casos
viene acompañado de desequilibrio de poder. El objetivo del acoso siempre es
aislar, amenazar, insultar, someter emocionalmente a la persona.
No se nace siendo acosador. Es un
modelo de aprendizaje, una respuesta a una estructura mental en la mente del
niño. Por ello, el papel de las familias es verdaderamente importante. Ignorar
el problema no hará que desaparezca. Si miramos para otro lado, estamos
justificando acciones y podemos convertirnos en cómplices del problema. Si
reímos las gracias, considerando que son cosas de niños, estamos dándole a
nuestro hijo la aceptación de tales conductas.
Hay distintos tipos de acoso y
pueden aparecer de forma simultánea.
-
El acoso
físico es la agresión directa con patadas, empujones, golpes…, aunque
también indirecta cuando se producen daños materiales en objetos personales de
la víctima.
-
El acoso
verbal es el más habitual y quizá el más doloroso. Las heridas que dejan
las palabras duelen más que una simple patada. Una herida emocional deja un
daño en la autoestima y puede observarse en humillaciones, en motes, en
menosprecios en público, en rumores falsos, en llamadas…
-
El acoso
psicológico responde a las amenazas para provocar miedo.
-
El acoso
social es la exclusión y aislamiento progresivo de la víctima.
Dinámica Zanahoria, huevo o
café: Un padre quiso explicarle una enseñanza a su hija. Colocó en tres
recipientes diferentes una zanahoria, un huevo y un café. Los tres elementos
los echaría posteriormente en agua hirviendo. Los tres se enfrentaron a lo
mismo, pero de manera diferente. La zanahoria, tras el agua hirviendo, se
volvió fácil de deshacer, débil; el huevo se volvió duro y el café se volvió
líquido, como el agua.
El padre quiso demostrarle que todos
se habían enfrentado a lo mismo pero nadie responde de la misma manera. Ante
una adversidad, eres ¿una zanahoria que pareces aparentemente fuerte pero que
cuando te tocan pierdes tu fortaleza? ¿eres un huevo, que aparentabas ser
fluida pero ante la adversidad te volviste dura y rígida? ¿o eres el café, que
se adapta a la situación y como él al agua, tú te adaptas al nuevo contexto?
Sintomatología del
acoso
En función del grado de acoso, de
la personalidad y del temperamento del niño acosado, puede verse reflejado de
diferente forma. Sufrir insomnio, pérdida del apetito, ataques repentinos de
ira, agresividad hacia los hermanos repentina, la tristeza disfrazada de
enfado, simulación de enfermedad para no ir al colegio, cambio de ruta para ir
a la escuela. Hay aspectos más objetivos como llegar a casa con la ropa rota,
moratones, un carácter más introvertido.
También destaca el aislamiento,
el aumento de la pasividad en casa o en actividades familiares que impliquen
motivación. El diálogo que tenga consigo mismo también puede darnos una pista
de si hay un problema o no, si se habla a sí mismo como un perdedor, como un
idiota. Descenso en el rendimiento escolar, falta de motivación, falta de
expectativas futuras.
Debemos tener en cuenta también
que estos síntomas pueden darse también por otros motivos. No siempre conllevan
esta causa. Además, en la pre-adolescencia comienzan a darse y no determinan
ningún tipo de acoso. Por ello, debemos actuar desde la calma en lugar de sacar
conclusiones precipitadas.
Actuación familiar
frente al acoso
La víctima de acoso puede ser
cualquier niño. Puede ser un niño que saque buenas notas, puede ser un niño que
no las saque. Puede ser un niño que lleve gafas y esté obeso, y puede que sea
un niño delgado y no lleve gafas.
Cualquier persona puede ser
víctima de acoso. No tiene que tener unas características específicas en su
personalidad para convertirse en víctima. La actuación de las familias y de la
escuela es primordial, tanto en la rapidez con la que se actúa como en el cómo
se actúa.
Como errores graves que pueden
cometer los padres en el tema del acoso está el pensar que es cosa de críos y
restarle importancia al problema. También, creer que esto solo les ocurre a los
niños “raros”, dándole una justificación al daño de agresión con la frase “Algo
habrá hecho para que otro le moleste tanto”.
Otro error típico es creer que tu
hijo va a vivir una situación de este tipo y te la va a contar siempre. Puede
que confíe en ti, pero en la mayoría de los casos permanece la vergüenza y el
miedo y no es fácil alejarse de esos pensamientos y abrirse con los padres.
Hay padres que actúan desde el
papel de la pasividad. Decirle a tu hijo “No te metas en los problemas del
otro. No es tu problema, te acabará salpicando”, no es una solución correcta.
Ante un caso de acoso o de principio de acoso, debemos actuar siempre, el
silencio no soluciona el problema.
Algunos padres pueden confundir
una pelea/discusión en el colegio como un caso de acoso. Para que sea
calificado como acoso, debe ser reiterado en el tiempo y tener unas
condiciones específicas. En cambio, una agresión repentina en el colegio puede
responder a algo impulsivo, pero no tiene por qué repetirse en el tiempo. El
acoso responde a tratar mal a alguien de forma reiterada, agresiva, humillante.
En muchas ocasiones se da el caso
de que los padres desconocen que su hijo es agresor en el colegio. No entienden
cómo puede ser que su hijo sea capaz de agredir verbalmente, físicamente a
alguien, reiteradamente, si tienen un rendimiento alto en la escuela, si tienen
muchos amigos, si en casa se porta bien. Que no sea un perfil claro de agresor
no determina que no lo sea. Que no sea un perfil típico de agresor no quiere
decir que no sea agresor.
En estos casos, muchos padres tienden
a negar lo que en el colegio le comentan preocupados, e incluso pueden llegar a
justificar ciertos actos deleznables. Si, desde la escuela, nos reúnen para
decirnos que nuestro hijo está agrediendo a otro niño, debemos confiar en la
palabra del equipo educativo, ya que son ellos los que conviven con el niño en
ese tiempo y quienes han realizado un análisis exhaustivo para confirmarlo.
Debemos aceptar la realidad y no negarla. Debemos hablar con nuestro hijo y
analizar bien los porqués de los actos reprochables.
El acoso se manifiesta diferente
en niños y en niñas. Los niños actúan de forma más impulsiva y tienden a
agredir física y verbalmente, mientras que las niñas tienden a hacer el vacío,
a aislar socialmente, a conseguir que su grupo la excluya. En la adolescencia,
los niños y niñas actúan de forma similar, no hay tanta distinción.
Visión del agresor
Los niños agresores buscan el
reconocimiento y la atención de los demás. Aprenden un modelo de relación con
los demás que se basa en excluir y en menospreciar al otro. El objetivo es
eliminar, amedrentar y destruir a aquel otro que no es seguidor de sus palabras
y actos. Destruir al que es diferente y resiste. Destruir a quien le supera, a
quien le hace sombra en lo social o en lo académico. Destruir al que en el
fondo le hace espejo de sus propias carencias.
Son niños con muy pocas
habilidades sociales. Tienen problemas de empatía, falta de culpa y se colocan
como víctimas en todo momento. Son cobardes, envidiosos, resentidos, actuando
siempre desde la ira o la rabia.
Según varios estudios, se ha
relacionado el papel del agresor con familias excesivamente permisivas. Los
padres ceden a los caprichos del niño ante la primera pataleta o llanto. No
permiten que el niño interiorice la paciencia o el respeto hacia los demás. El
niño no aprende en casa dónde están los límites y cómo actuar en convivencia.
Son niños que saben dominar porque han aprendido que así se consiguen los
objetivos.
Aunque suene paradójico, tiene
mucha importancia ofrecer nuestro apoyo y ayuda como padres a nuestro hijo
acosador. Debemos hacer una introspección de qué papel jugamos en el asunto y
qué motivos provocan que nuestro hijo intimide a otros en el centro. Adquiramos
un papel activo. Debemos colaborar y
ayudar para encontrar la forma y la conducta positiva que debe aprender. Ayudar
a que se repare el daño que ha causado en la víctima, que aprenda a actuar
desde la solidaridad.
Que nuestro hijo sea acosador no
quiere decir que su personalidad sea problemática. Su forma de resolver los
problemas es problemática. Debemos actuar de manera precoz y no dejar que
nuestro hijo solucione esto sin nuestro apoyo y ayuda, ya que una solución
errónea puede provocar que en la edad adulta se agraven las conductas negativas
hacia los demás.
Visión agredido
El perfil de agredido responde a
una personalidad introvertida, insegura. Hay baja autoestima, el niño se siente
incapaz de salir por sí mismo del problema. La situación puede superarles y
puede introducirles en una profunda tristeza. Son niños con pocas habilidades
sociales y con un cierto nivel de rechazo en el grupo. Todas estas
características propician que el agresor analice que es un punto fácil. El
agredido no dispone de recursos o herramientas psicológicas para enfrentarse al
problema.
Son niños con un apego excesivo,
aunque no se da siempre así. Hay casos de agredidos donde tenía cualidades
totalmente normativas.
Muchos padres sienten
sentimientos de culpa por no haber detectado este problema antes. La realidad
es bien distinta. El niño que sufre va a intentar que no lo notes para que no
sufras por él. La vergüenza y el miedo es muy poderoso. Un niño que sufre
agresiones continuadas, va a intentar ignorar el problema sin tu ayuda y solo
te la pedirá cuando no pueda esquivar más la situación. Tu papel y tu función
como padre es brindarle la ayuda desde donde él te permita actuar, desde la
empatía y desde el apoyo.
Visión de los
espectadores
El papel del espectador influye
en el acoso. Participan de forma activa o pasiva en él, guardando silencio. Ese
silencio puede provocar que observen la violencia como algo natural, corriendo
el riesgo de perder sensibilidad ante agresiones cotidianas y no saber actuar
antes situaciones injustas.
Actuaciones
familiares que pueden propiciar el acoso
La familia es la responsable de
la educación y de la transmisión de los valores, junto con la escuela. Es
nuestra función que nuestros hijos tengan conciencia de sus derechos y
obligaciones y sepan respetar a los demás. Por ello, debemos ser firmes y saber
poner límites en nuestras acciones. Solo a través de los límites el niño
aprenderá a diferenciar el bien del mal.
Actualmente, hay una tendencia
creciente al miedo a los límites, sin saber que no establecernos determina lo
perjudicial. Si nuestros hijos no aceptan normas básicas ahora, en el futuro no
sabrán aceptarlas y tenderán a actuar continuamente desde la ira y la rabia
para conseguir los objetivos.
Respecto a los límites se
encuentra el permitir ver ciertos programas televisivos, películas o juegos
excesivamente violentos, sin que medie nuestra opinión crítica sobre ellos.
Debemos establecer un diálogo sobre estos temas con ellos. Las nuevas
tecnologías y los medios de comunicación han facilitado la exposición a la
violencia sin ningún tipo de filtro y, lo peor, sin comentarios posteriores que
les ayuden a nuestros hijos a entender la agresividad de lo que observan.
Para evitar la probabilidad de
que nuestro hijo sea agresor o agredido, debemos trabajar con ellos la
seguridad emocional y física. Debemos enseñarles a hacer frente a las
intimidaciones en su estado más precoz.
Como padres podemos enseñarles a
trabajar estas ideas mediante juegos, lecturas, ideas que muestren valores.
Ideas que ofrezcan la importancia del compañerismo, la solidaridad, el apoyo,
la asertividad.
Es muy importante que cedamos
nuestra mano y ayuda al centro. Varios estudios refieren que hay relación
positiva entre la ayuda complementaria de la escuela y la familia y la
reducción de los casos de acoso escolar. Continuemos mejorando y creciendo
juntos para mejorar el desarrollo emocional e integral de nuestros hijos.